Diario de un enfermo del estómago
Querido diario:
Hoy mi mami me trajo la bacinica a las 3 de la tarde. Tarde... ¡¡Tarde!!
Ya estaba patinando en diarrea, pero eso a ella no pareció
importarle, porque más encima me castigó. Fue a buscar 3 baldes de agua y me los tiró en la espalda mientras me daba con embudo 6 tazas de ciruelax ultra potente. Y rápido efecto.
Lo peor es que con la explosión que hubo a los siete minutos yo volé hasta un edificio del centro y ella desapareció sin rastro.
Pobrecita, se me fue, pero ella lo buscó. No era mi mamá, pero yo no sabía hasta que le pedí la bacinica. Mi mamá está en Rancagua pasando los calores.
Mamá, te quiero.
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Querido diario:
Hoy mi mami me trajo la bacinica a las 3 de la tarde. Tarde... ¡¡Tarde!!
Ya estaba patinando en diarrea, pero eso a ella no pareció
importarle, porque más encima me castigó. Fue a buscar 3 baldes de agua y me los tiró en la espalda mientras me daba con embudo 6 tazas de ciruelax ultra potente. Y rápido efecto.
Lo peor es que con la explosión que hubo a los siete minutos yo volé hasta un edificio del centro y ella desapareció sin rastro.
Pobrecita, se me fue, pero ella lo buscó. No era mi mamá, pero yo no sabía hasta que le pedí la bacinica. Mi mamá está en Rancagua pasando los calores.
Mamá, te quiero.
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