Una vez fueron tres al palacio del inglés....(ooh, no es aquel dulce juego de la infancia?)...el inglés sacó su espada y les cortó a todos los pies. Ooooy como quedaron esos pobres, ¡que malo el inglés! Llegó la ambulancia para llevarse a las víctimas, pero antes machucaron entre tres enfermeros al culpable, hasta dejarlo hablando quechua y creyéndose dama de compañía.
Bueno, ya en el hospital, les cosieron los pies a los 3 infelices, y........adivinen......¡¡que horror!!.....
¡¡que error!!...¡se equivocaron y se los cosieron cambiadoooos!!!....

Ya hace un tiempo de ésto, y la situación se hace insostenible. No hay día que José, en vez de irse a su casa en Colina, no parta pa´la casa de Pablo en San Bernardo, de donde lo echan a punta de patadas en las canillas. Y Prudencio, que antes no sabía bailar, se lo lleva muévete y salta todo el rato, sin importarle dónde, hasta que lo echaron de la pega, por idiota.
Por su parte, Pablo llega cada mañana a una pescadería de la vega central, y cuando está allá se da cuenta que no es su oficina...por el olor creo yo.

Ya no dan más. Ya no pueden más. No soportan más. Si tan solo aguantaran más...(¡salió choro!)

Ya, si al final los operaron de nuevo, oh. Pero igual quedaron raros. En la calle les gritan : ¡Patas de otro!...¡Pat´e cambio!...¡¡Inmorales!!...si la gente tá muy mala..